«El 24 de septiembre de 2012, Gladys Comeau montó a bordo del Northlander y ya no la volvieron a ver en Swastika, que no es una ciudad, ni siquiera un pueblo, solo una pequeña aglomeración junto a la vía del tren. Comienza entonces la errancia, la de Gladys y la mía, porque este es el relato del viaje de Gladys Comeau por las vías ...
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