Mosaico Papú

En 1948, el misionero Xavier Vergés abandonó España para establecerse en Nueva Guinea, la segunda isla mayor del globo y última frontera para el hombre blanco. De geografía abrupta, se encontraba habitada por miríadas de pequeñas tribus, a menudo incomunicadas entre sí, que hablaban hasta un total de setecientas cincuenta lenguas. Aunque costumbres como el canibalismo habían sido rigurosamente prohibidas por el gobierno australiano --Papúa Nueva Guinea se encontraba bajo su protectorado--, aún corrían rumores sobre su práctica. Ritos tal vez no tan crueles, pero no menos llamativos, eran habituales entre unos nativos cuyo modo de vida no había cambiado en los últimos 30.000 años. Xavier Vergés, destinado en Inawaia, distrito de Mekeo, congenió su tarea evangelizadora con el acopio de datos en torno a los papúes. Lejos del proselitismo, sus descripciones y narraciones desprenden el aroma de lo exótico, de la aventura, y están impregnadas de una sutil ironía. Hechiceros, montes sagrados, maleficios, leyendas, cocodrilos, casoares y plantas tropicales --como el sagú, la nipa o el árbol del pan-- desfilan por este libro, excepcional dentro de la literatura de viajes en nuestro idioma, que ve la luz por segunda vez cincuenta años después de su primera edición.