Tras ser horriblemente mutilado, el emperador Focas fue decapitado, posiblemente por la misma mano de su sucesor, Heraclio. Por entonces, el Imperio romano de Oriente --o bizantino-- vivía uno de los momentos más bajos de la historia. Su archienemigo, el Imperio persa, acababa de arrebatarle Siria, Mesopotamia, Armenia y Palestina, al tiempo que un pueblo eslavo, los ávaros, amenazaba la frontera occidental, en cuyo ...
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