Aferrar una imagen y reproducirla «viva, grande, colorida, con todos los caracteres precisos de la realidad y todas las deliciosas vacilaciones de lo irreal». Este deseo, que Anna Maria Ortese expresó en su juventud, vertebra toda su obra, que se caracteriza por una originalidad subyugadora. En "Silencio en Milán", de 1958, situada en algún punto intermedio entre el relato y la crónica, la mirada ...
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