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La biblioteca del colegio de San Esteban de los Jesuitas (+ CD-ROM)

La biblioteca del colegio de San Esteban de los Jesuitas (+ CD-ROM).

Autor/es

  • EAN: 9788483717493
  • ISBN: 978-84-8371-749-3
  • Editorial: Editum
  • Colección: Fuentes históricas de la región de Murcia
  • Encuadernación: Rústica
  • Medidas: 17 X 23 cm.
  • Páginas: 284

18,00 €

Disponible en 4-10 días

El estudio de bibliotecas antiguas es una incursión en la vida cultural de épocas pasadas. La reconstrucción de la Biblioteca de los Jesuitas de Murcia realizada por la Dra. Játiva Miralles nos acerca al Colegio de San Esteban, que debe su nombre al obispo de Cartagena D. Esteban de Almeyda. A mediados del siglo XVI este obispo consideró que la ciudad de Murcia estaba necesitada de un centro de enseñanza superior. Se dirigió a los Jesuitas y les ofreció un huerto que la Iglesia tenía para descanso y recreo de los obispos en lo que entonces era extramuros de la ciudad. Así nació el Colegio de San Esteban al que se unió más tarde el Seminario de la Anunciata en un edificio anexo. Actualmente el edificio del colegio es la sede del gobierno regional y los restos del seminario se pueden ver en el interior de la planta baja de la llamada 'casa de los nueve pisos' en la calle Acisclo Díaz. La docencia impartida por los jesuitas acabó cuando en el último tercio del siglo XVIII se produjo su expulsión de España y tuvieron que salir del territorio hispano dejando todas sus pertenencias. Después de los edificios, los bienes más preciados de esa comunidad eran las importantes bibliotecas que habían formado en los colegios fundados en muchas ciudades. El decreto de expulsión y la normativa que derivó de él establecían que las bibliotecas jesuíticas pasaran a ser patrimonio de las universidades en las ciudades donde las hubiera. En las que no contaban con estas instituciones el destino fue vario. En Murcia, que en esa época no contaba con un centro universitario, los libros volvieron a la biblioteca episcopal de donde algunos de ellos habían salido. En efecto, obispos del siglo XVI como Arias Gallego y el propio Almeyda donaron sus pequeñas bibliotecas privadas al Colegio de San Esteban. Pretendían con esta medida respaldar la instalación del colegio y contribuir a su incipiente colección de libros.

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