En Mayo de 1869, Rivadeneyra inicia, sin ningún interés científico ni político, su viaje de Ceilán a Damasco, simplemente con el deseo y «...objeto de narrar lo que he visto, pues escribiendo al par que caminaba... el ánimo siempre distraído, tampoco me habría sido dado acometer trabajo que pidiese largas meditaciones», como cuenta en su nota al lector. Su motivación viajera se alinea con ...
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