Aquel domingo, Ernesto estaba invitado a merendar en casa de su novia Henriqueta. La cita era a las seis, ni un minuto antes, ni un minuto después. Ernesto salió de casa en una tarde soleada, mientras Henriqueta, la hermana, la madre, el padre y la abuela preparaban la merienda. Se levantó una brisa, cayeron cuatro gotas, llovióà mientras, la familia de la novia, inquieta, ...
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