Antes de que existieran las cárceles, ya había un lugar para encerrar a las mujeres. Primero fueron los prostíbulos-presidio; después, las casas de las arrepentidas; y, finalmente, las cárceles modernas, instauradas en el siglo xvii. Esta genealogía del encierro no fue accidental: diseñó un modelo de control que, desde la Baja Edad Media, se consolidó como parte integral del Estado moderno. Este libro explora ...
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