Habitar en un mundo líquido significa aceptar que lo permanente ha desaparecido, que la realidad es como una pintura impresionista donde todo fluye inasible, informe e imprevisible, y esto es causa de ansiedad. La diferencia es que Monet sí estaba convencido de que la auténtica Catedral de Rouen existía, si se sumaran todas sus manifestaciones posibles, pero el hombre actual camina sobre arenas movedizas ...
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