En el jardín de casa había dos árboles: un cerezo y un manzano. Uno lo plantó mi madre. El otro, mi padre. Los árboles crecían separados, pero con el tiempo quisieron acercarse el uno al otro. A veces, se inclinaban tanto que las ramas se alargaban y se cruzaban unas con otras. Las hojas se acariciaban entre sí... "Dos árboles" es una bella metáfora ...
8,50 €