A finales del siglo XVIII, España -tanto por su poderío naval como por el gran imperio colonial que poseía en América- seguía siendo considerada como una potencia con cierto peso en el concierto internacional y, también, como un país que merecía la pena conocer, como lo atestiguan los diferentes viajeros, especialmente ingleses y alemanes, que viajaron por España entre 1796 y 1805. Los diarios ...
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