Muerto, ya no era un hombre sino un símbolo. La AméricaLatina se apresuró a convertir en mármol aquella carne demasiado ardiente, ydesde entonces no hubo plaza que no estuviera centrada por su imagen, civil ypensativa, o por su efigie ecuestre, alta sobre los Andes. Por fin en el mármolse resolvía lo que en la carne pareció siempre a punto de ocurrir: que elhombre y ...
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