Para la escenificación de lo divino son primordiales los , espacios privilegiados --santuarios, templos, lugares de culto y peregrinación, etc.-- que se le asignan a la divinidad y que vertebran y articulan la relación de los hombres con lo sagrado.
El eje divisorio que separa la inmanencia de la trascendencia, relativo a la configuración doctrinal de las diferentes religiones, pierde sustancia en los espacios sagrados: su condición necesariamente terrena arroja a un segundo plano la cuestión de si se trata o no de lugares en los que se 'inmanentizan' los dioses o de espacios que son de suyo inmanentes.
Justamente por ello los pueden analizarse desde las más variadas disciplinas científicas: las ciencias de las religiones, la historia, el arte, la arqueología, la filología y la literatura, el derecho, la sociología, la ciencia política, la semiótica, la psicología o la paleontología. Todas ellas ponen de relieve la decisiva importancia existencial y antropológica de los aspectos materiales y corpóreos de la religiosidad.