Alfonso XI, el Justiciero "Reino de Castilla.Siglo XIV. El Rey Justiciero extiende los límites cristianos hacia el sur..."

La historia de un rey guerrero y poeta que, al final de sus días, vio cómo su obra se dividió por los problemas entre su familia legítima y su amante Leonor de Guzmán. Alfonso XI el Justiciero comienza en los últimos días de la vida del rey de Castilla, cuando éste se da cuenta de que la muerte le está llegando y que las fuerzas le fallan, se da cuenta que no va a poder contar sus historia si no es a través de los que le rodean, que la pervertirán y mutilarán. Hace llamar entonces a un peculiar personaje, externo a la corte, con el que se cruza un día en el campo y que no le trata como a un rey, sino como a un amigo. A este extraño interlocutor le contará el rey su vida, sus batallas, sus ejecuciones, sus amores. Como buen medievalista que es, Juan Victorio concede al rey Alfonso XI la relevancia histórica que merece. Heredó una Castilla negra enfrascada en luchas nobiliarias interminables y, usando los matrimonios y las ejecuciones, logró retomar el poder real y aumentarlo. También se hizo con el control del estrecho de Gibraltar y logró vencer a los benimerines en la batalla de Salado, que, junto con la toma de Algeciras y Tarifa, aisló al reino de Granada del norte de África. Fue un rey guerrero y un ejecutor sin compasión, pero también un poeta y un enamorado de su amante Leonor de Guzmán con la que tuvo diez hijos que darán lugar a la dinastía de los Trastámara, futuros reyes de Castilla.