Cervantes para cabras, Marx para ovejas

"Cervantes para cabras, Marx para ovejas" está ambientada en la Andalucía rural de los primeros años 30. 'Para mí era importante ese escenario a la hora de escribir una novela como esta, homenaje a los clásicos, porque el lenguaje que habla la gente mayor --y que ya se va perdiendo-- aún conserva muchos ecos de "El Qujiote", "El Lazarillo" y la literatura más oral del Siglo de Oro. También porque es un mundo riquísimo de rituales, supersticiones y convenciones sociales, y con ese material es muy fácil forjar una especie de universo mítico donde los personajes se mueven con libertad', destaca el autor. Por encima de todo, la novela de Pablo Santiago es un alegato en defensa de la lectura como deleite y, con esto en mente, ha construido una obra entrañable que conecta al lector con la pasión por los libros. 'La lectura no pasa por los mejores momentos. Y tal vez la raíz del problema no hay que buscarla en las nuevas tecnologías, sino en las escuelas: hemos hecho creer a los niños que la lectura es solo una forma de adquisición de conocimiento. Y es todo lo contrario: la lectura es más una actitud ante la vida, una forma intensa, cálida y divertida de pasar por este mundo', nos cuenta.