El mejor oficio del mundo

Autor/es
- EAN: 9788495749796
- ISBN: 978-84-95749-79-6
- Editorial: Efe Eme
- Año de la edición: 2025
- Colección: Biblioteca
- Encuadernación: Rústica
- Medidas: 17 X 24 cm.
- Páginas: 0
21,50 €
DisponibleDiego A. Manrique es Historia Mayor del Periodismo, y en "El mejor oficio del mundo" se abre para contar lo que ocurre en la trastienda, lo que nunca se explica. Desde la lucidez, la honradez y la fidelidad a la profesión, este es un libro necesario y esclarecedor. Presentar al autor de este libro es innecesario. Diego A. Manrique es, desde hace cuatro décadas, el periodista musical en activo más respetado de nuestro país. Una trayectoria como la suya ha estado, inevitablemente, jalonada de vivencias de toda condición. Muchas de ellas las relata en "El mejor oficio del mundo". Anécdotas profesionales y encuentros con grandes figuras de la música internacionales y nacionales a través de las que desvela las interioridades de un apasionante oficio vocacional. En estas páginas descubre el funcionamiento de la industria musical en momentos de vacas tanto gordas como flacas, y del siempre precario periodismo especializado. Con un estilo único, patentado y totalmente reconocible que atrapa desde la primera página, alejado de la vanidad y desde la posición de quien fue un desconocido melómano «de provincias» con vocación enciclopédica y hambre de saber y conocer, nos relata, sin pretenderlo, cómo se fue labrando un espacio propio en los medios. En "El mejor oficio del mundo" sabremos del disco de Dylan en español que no fue, de entrevistas frustradas y otras de las que, sin esperar demasiado, acabaron siendo legendarias. Subiremos con él a un avión y aterrizaremos en Canadá a la búsqueda de Leonard Cohen o viajaremos a su lado en un autobús para asistir a un concierto desangelado en una cárcel que nada tiene que ver con los de Johnny Cash Conoceremos su negativa a sentarse en la silla de un despacho porque su sitio está en las salas de conciertos, en las emisoras de radio, tecleando en la máquina de escribir y, también, en aquella televisión de los programas musicales que, hoy desaparecidos, le llevaron a la construcción de nuevos y sorprendentes formatos. Todo ello relatado con veracidad y algo de sorna, necesaria para rememorar los tiempos en que para algunos la música era cosa de melenudos que solo tenían ganas de molestar.