El rigor de los ángeles "Borges, Heisenberg, Kant y la naturaleza última de la realidad"

Autor/es
- EAN: 9788449343513
- ISBN: 978-84-493-4351-3
- Editorial: Paidós Ibérica, Ediciones
- Año de la edición: 2025
- Colección: Contextos
- Encuadernación: Rústica
- Medidas: 16 X 24 cm.
- Páginas: 366
22,90 €
DisponibleEl reconocido catedrático William Egginton nos ofrece un ensayo fascinante que explora la conexión entre la física cuántica, la filosofía y la literatura a través del análisis de tres grandes figuras: el escritor Jorge Luis Borges, el físico Werner Heisenberg y el filósofo Immanuel Kant. Un poeta, un físico y un filósofo exploraron los mayores enigmas del universo: la naturaleza del libre albedrío, el extraño tejido del cosmos y los verdaderos límites de la mente, y descubrieron, cada uno a su manera, una reveladora verdad sobre nuestro lugar en el mundo. En disciplinas tan dispares como la literatura, la ciencia y la filosofía, autores como el poeta Jorge Luis Borges, el físico Werner Heisenberg y el filósofo Immanuel Kant convergen sobre el inquietante hecho de la irreconciliable diferencia entre la realidad de «ahí fuera» y la realidad según la experimentamos. De dicha profunda verdad emana un caudal de estimulantes ideas: la noción del «yo»; el libre albedrío; el propósito de la vida humana; las raíces de la moral, de la estética y de la razón; y el origen y la naturaleza del propio cosmos. Porque como estos pensadores ponen de manifiesto, todos creamos una imagen sustancialmente incompleta del mundo. Estamos varados en un abismo de extremos inmensos, entre lo astronómico y lo cuántico, una sima entre la libertad y el determinismo más absoluto, y debemos establecer nuestro hogar en medio de todo ello. Pero, por otra parte, gracias a nuestra condición de seres mortales y finitos, podemos experimentar el mundo en todo su esplendor. "El rigor de los ángeles" es una reflexión lúcida y sublime sobre la vida y las obras de Borges, Heisenberg y Kant que pone de relieve que es posible que los misterios de nuestro lugar en el mundo se erijan siempre sobre nosotros; no como una amenaza, sino como recordatorio de nuestra humilde humanidad.