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En julio de 1947 llegó a las librerías francesas una asombrosa ópera prima, completamente ajena a los cánones imperantes de la literatura de guerra de aquellos años, aunque el trasfondo sea la ocupación nazi. En "Juegos prohibidos", el conflicto solo se refleja en los gestos salvajes y hoscos de una niña de nueve años, Paulette, a la que los bombardeos aéreos han dejado huérfana. Y en la gracia encantadora y los furores rabiosos de Michel, su compañero de juegos.
Paulette y Michel, abandonados a su suerte por adultos embrutecidos por el trabajo en el campo y por grotescos hombres de fe, afrontan juntos la inmensa tarea de asumir la muerte y el duelo de su infancia.
Ignorada por la crítica y los lectores, y superada después por el éxito de la adaptación cinematográfica de René Clément, esta novela destaca hoy más que nunca por la audacia de Boyer, por su mirada feroz y compasiva. Un autor que supo retratar mejor que nadie lo que hace la guerra con la infancia.