Auténticas prisiones flotantes, las galeras se impulsaban principalmente con el esfuerzo de lo que entonces se denominaba, despectivamente, la chusma, formada por esclavos, algunos hombres libres o buenas boyas y otros condenados por la justicia, los galeotes. Hombres que en muchas ocasiones expiraron en el banco de boga mientras un oficial, el cómitre, azotaba sus espaldas para conseguir más velocidad, ya fuera para atacar ...
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