En 1947, Albert Camus y Thomas Mann comprendieron algo que aún hoy nos cuesta admitir: la guerra había terminado, pero el fascismo no había sido vencido. Aunque tardara algunas décadas, volvería. Incitación a la violencia, materialismo vulgar, nacionalismo asfixiante, xenofobia, necesidad de señalar chivos expiatorios, banalización del arte, odio hacia la vida intelectual y feroz resistencia al cosmopolitismo. No se reconoce al fascismo por ...
17,90 €