Ojos que no ven

Autor/es
- EAN: 9788433972040
- ISBN: 978-84-339-7204-0
- Editorial: Anagrama, Editorial
- Año de la edición: 2009
- Colección: Narrativas Hispánicas
- Encuadernación: Rústica
- Medidas: 14 X 22 cm.
- Páginas: 160
18,90 €
De 4 a 10 díasCuando la vieja imprenta local en la que Felipe Díaz Carrión llevaba media vida quebró, él se quedó sin trabajo y sin posibilidades de conseguirlo. Las nuevas tecnologías habían vuelto inútiles todos sus saberes, y la huerta sólo daba para comer. Era la época en que los jóvenes, y los que ya no lo eran tanto, emigraban a las grandes ciudades, a las industriosas poblaciones del norte. Su hijo tenía nueve años, y no había día, o noche, en que Asun, su mujer, no le pidiera a Felipe que se marcharan a aquellos territorios que parecían tener el monopolio del futuro. Así que cerraron la casa y se fueron al norte. Felipe trabajó primero en la construcción, y después en una fábrica de productos químicos. Tuvieron otro hijo, se compraron otra casa, y pasó el tiempo, y la vida los cambió. Porque algunos de los miembros de la familia -el hijo mayor y Asun, que quizá no soportaban ser para siempre los otros, los maquetos o charnegos, o comoquiera que los llamen con desprecio quienes se tienen por únicos titulares del lugar- no pudieron sino sucumbir a las fascinaciones del discurso de los nuevos amos, a las obsesiones de identidad y afirmación. Y éstas son algunas de las líneas del mapa del territorio de esta hermosísima novela, de esta fábula sorprendente, contemporánea y ferozmente sabia, donde se anudan con mano maestra pasado y presente en la historia de tres generaciones. Una novela que nos habla de un mundo y de las maneras enfrentadas de estar en él, de una ética y una estética, y de las persuasiones de la vileza moral como proyecto político; que pone el dedo en una de las llagas de nuestra historia reciente, los dramas de la emigración interna, tan interesadamente ignorada, y en la tragedia de un país al que «no le ha bastado como proyecto común la aspiración a un sistema de progresiva excelencia en la civilidad, la educación y la justicia» y se pierde, ciegamente, por los disparaderos de una «nueva zoquetería» y una ya vieja y conocida crueldad, en desangradores enfrentamientos tan inútiles como grotescos. Una novela que, también, como es habitual en la poderosa, imprescindible narrativa de González Sainz, es una meditación sobre las palabras y los sentidos que con ellas atribuimos o arrebatamos a las cosas, sobre el paisaje y sobre la belleza y la serenidad, sobre los lugares que habitamos y los caminos que recorremos, y sobre «lo sencillo, lo callado, sobre la fuerza y el estímulo de aquello de lo que brotan las preguntas más inagotables y decisivas».