. Este aforismo de Nietzsche, pero también un acromatismo de nacimiento que no le permite ver los diferentes colores, pudieron haber conducido a Thibault de Meyer a su investigación. Pero también pudo haber sido esa lámina en la que aparece una cebra vista por ojos humanos y no humanos. Pero también pudo haber sido una anécdota infantil. Pero también...
El problema de la perspectiva animal surge necesariamente desde muchos lugares, y dibuja múltiples puntos de vista. Sin olvidar la consabida , que más bien debería llamarse . Y es que una vez destituida la vieja patraña de un , toca al pensamiento construir perspectivismos, en sus varias versiones, como modos de repoblar la tierra con más ojos.
Aquí se recorrerán sobre todo tres versiones: el perspectivismo pictórico, el perspectivismo etológico y el perspectivismo relacional. Para ello se cruzarán diversas miradas de especialistas. En su prefacio, Vinciane Despret enumera: biólogos, arquitectos, psicólogos comportamentales, pintores, oftalmólogos, artistas y coleccionistas de mundos. Pero más allá de estos, habrá ojos animales: frontales, laterales, facetados, diseminados, ocelos. Hasta unos ojos de mosca tse-tse que dibujarán rayas en las cebras.
El gesto de Thibault de Meyer es siempre laudatorio, en el sentido de que celebra y reactiva las potencias de cada viviente y de cada percepción, que con cada punto de vista construyen y enriquecen (siempre en contrapunto) sus y nuestros propios mundos.