Tengo la barriga cuadrada y la cabeza llena de lombrices

La primera narradora de este libro es una estudiante de medicina que está a punto de empezar el MIR. Pero, de repente, sucede lo impensable: «Solo me importaba el día a día, otro día sin morir, sin quedarme paralítica, otro día conservando mi yo», escribirá. Este artefacto literario (y su autora) tiene muchas caras: una, la de la joven pediatra que lleva un diario de sus consultas; dos, la de quien reflexiona sobre su trabajo más de diez años después; tres, la de la mujer que también enferma y, cuatro, la de la antropóloga cultural que lee a las anteriores. Pero también, cinco, la de la poeta que, al auscultuar a sus pequeños pacientes, escucha un sonido de pisadas en la nieve o ruidos como de papel celofán estrujado. Entre estas páginas encontrarás respuesta a tus inquietudes sobre temas como la crianza o las contradicciones del sistema público de salud, aunque también preguntas fundamentales. ¿Exigimos lo mismo a nuestras hijas que a nuestros hijos? ¿Influyen nuestras expectativas en sus enfermedades? ¿Son nuestras necesidades las que rigen nuestras pautas de crianza o proceden también de la cultura hegemónica? ¿Cuánto de ideología hay en la pediatría? En el horizonte, mejor educación para la salud y una mayor corresponsabilidad entre el personal médico y sus pacientes, pero también entre hombres y mujeres.