Una caída anunciada. El obispo Torre y los jesuitas del Río de la Plata (1757-1773).

Los años de la segunda mitad del siglo XVIII, en el Río de la Plata, coinciden con la llegada de la Ilustración y la pretensión de un nuevo orden indiano impulsado por los Borbones. Este es el tiempo en el que el Ilmo. Manuel Antonio de la Torre ocupó las sedes episcopales del Paraguay y del Río de la Plata. La vida de aquel singular prelado, atisbada entre las líneas de sus correspondencia, constituye el telón de fondo sobre el que se representan los conflictos personales y sociales de la época. La historia no se agota, sin embargo, con el obispo reformista y combativo; junto a él aparecen funcionarios de jerarquía -militares, civiles, y religiosos- criollos e indígenas, el entramado complejo y barroco de la sociedad hispanoindiana del siglo XVIII. Al mismo tiempo, en el centro del relato, se desarrolla el drama del auge y la caída de los Padres de la Compañía de Jesús, que ofrece la dimensión ideológica más profunda de esta historia. La elección y el viaje del obispo Torre; la visita pastoral, con el informe sobre las misiones del Paraguay; la exploración de la yerba mate y la industria del tabaco 'torcido'; el viaje a Buenos Aires y los primeros enfrentamientos con el gobernador Cevallos; el conflicto con los militares españoles; la crisis en la relación del obispo con el cabildo de Buenos Aires, la acusación de Cevallos y la defensa del obispo; la inmunidad personal del clero y la jurisdicción eclesiástica en Río de la Plata; y la visita de Manuel de la Torre a la jurisdicción de Montevideo, su viaje a Charcas y la muerte, son los principales aspectos que se estudian en esta obra de singular importancia para el conocimiento de tan rico período.