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Vigencia del Pensamiento Ciceroniano en las Relecciones Jurídico-Teológicas... "del maestro Francisco de Vitoria"

Vigencia del Pensamiento Ciceroniano en las Relecciones Jurídico-Teológicas... "del maestro Francisco de Vitoria".

Autor/es

  • EAN: 9788498369984
  • ISBN: 978-84-9836-998-4
  • Editorial: COMARES, EDITORIAL
  • Encuadernación: Rústica
  • Medidas: 17 X 24 cm.
  • Páginas: 464

30,00 €

Disponible en 4-10 días

Francisco de Vitoria (1483-1546) ocupa un papel de especial relevancia en la cultura española del siglo XVI. Es uno de los autores más activos a la hora de buscar soluciones a los problemas morales y políticos de aquel tiempo, pues probado queda que penetró con más lucidez que sus contemporáneos en las numerosas y espinosas cuestiones que suscitaba la Conquista de los territorios del Nuevo Mundo. No es fácil ponderar suficientemente la importancia que tuvieron en esta labor las Relecciones que impartió, ante todo el cuerpo académico y la población estudiantil, desde los primeros años de su enseñanza en la Universidad de Salamanca, hasta que pronunció en 1539 De Iure belli, en la que denunció con fuerza los abusos cometidos por los conquistadores españoles, indicando, al mismo tiempo, las líneas dentro de las que debía enmarcarse la tarea de la conquista para adquirir plena legitimidad y ser, así, un instrumento capaz de favorecer la difusión del cristianismo entre los indios. Su eco perdura todavía, pues en estas Relecciones puso los cimientos del Derecho Internacional moderno, si bien fueron eficaces ya de inmediato porque inspiraron las Leyes Nuevas de Indias (1542), cuerpo jurídico destinado a regular las relaciones entre la Madre Patria y los territorios de Ultramar, en sustitución de las Ordenanzas de Burgos de 1512. Pero Francisco de Vitoria no partió de la nada para construir sus reflexiones. Se consideraba heredero, y apreciaba mucho esta herencia, de los grandes pensadores cristianos que le habían precedido, y ellos mismos, especialmente San Agustín y Santo Tomás de Aquino admiraban y seguían en muchos puntos el pensamiento griego y los escritos ciceronianos. Nadie ha difundido las doctrinas de los filósofos griegos con la brillantez con que lo hizo M. T. Cicerón, quien las formuló en elegante prosa latina y amplió, sobre todo, en las consideraciones éticas y jurídicas, con su experiencia en la gestión de la República romana, en la que había llegado a desempeñar la máxima autoridad. Por su parte, Francisco de Vitoria, en los años de su formación en París, alentado por el ejemplo y la amistad de los humanistas, se aficionó a la lectura de las obras ciceronianas; de hecho, en sus Lecciones y en las Relecciones, no faltan referencias a De officiis, De republica, De amicitia, etc., pero nunca se había detenido nadie a investigar hasta dónde llegaba esta familiaridad con Cicerón. Y he aquí cómo María Luque Frías, que descubrió a Vitoria después de haber estudiado el pensamiento político de Cicerón, ya desde el primer párrafo que leyó de las Relecciones, tuvo la impresión de estar escuchando al pensador romano. Esta primera impresión se fue consolidando con el estudio minucioso de cada una de las Relecciones Jurídico-Teológicas del Maestro Francisco de Vitoria. Vio la huella de Cicerón en la formulación de las ideas políticas de La Potestad civil, y resalta cómo la misma idea de la confraternidad humana, apreciada también por los estoicos, fue defendida por M. Tulio y recordada a la hora de fundamentar el derecho internacional de todos los pueblos. Por supuesto que Vitoria sigue también fielmente el pensamiento cristiano, pero Cicerón le inspira incluso a la hora de configurar la política eclesiástica y sus relaciones con el ámbito civil, pues parte de la idea de que la Iglesia es como una república y, además, la religión y las instituciones sacerdotales romanas, en la mente de M. Tulio, desempeñaban un papel importante en la vida pública del siglo I a. C., y todavía eran de gran peso en el siglo XVI. El estudio que sigue está hecho con minuciosidad y un amplio acopio de fuentes y de referencias bibliográficas, que se espacian en la exposición detallada del pensamiento de Vitoria. Comienza analizando el estado de cuestión sobre la biografía, formación y docencia del Maestro salmantino, así como el momento histórico y cultural que le tocó vivir. Describe las circunstancias de su producción docente y cómo ha llegado a nosotros. En un segundo momento, a la vez que desentraña el contenido de las Relecciones Jurídico-Teológicas, señala con detalle la presencia ciceroniana en cada uno de sus pasajes. Comienza por las Relecciones sobre el poder civil y eclesiástico (Sobre la potestad civil, Sobre la potestad de la Iglesia I y II, y Sobre la potestad del Papa y el Concilio), sin olvidar que se estaba consolidando la reforma luterana, cuando se pronunciaron. Dedica una amplia sección al estudio de las dos Relecciones que abordan los problemas de la Conquista del Nuevo Mundo: la primera, conocida como De Indis (Sobre los Indios) sin más, y la segunda divulgada más por su subtítulo como De Iure belli (Sobre el derecho de guerra), que también figura como De Indis secunda. Todo este rigor y minuciosidad no impiden que el texto fluya con claridad y sea fácil de seguir. Sin duda, María Luque Frías recibió el influjo del claro pensar de Vitoria y del buen decir de Cicerón, buenos maestros.

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