Volver a Yecla

Hay una Yecla campesina y literaria, es la Hécula de Castillo Puche, o la Yecla austera de Azorín, también la Yécora de Baroja. Está la Yecla extranjera del dicho popular o la Yecla industrial y laboriosa. Para el autor, es la Yecla de su infancia, de sus primeros amigos, de sus antepasados y de sus sueños "porque a pesar de la distancia uno vuelve siempre al principio". Yecla es una ciudad murciana de 35.000 habitantes, productora de vinos y de muebles. Con tradición literaria y cultural abundante. Este libro recoge las andanzas y ocurrencias de un perro aristócrata francés y un hombre que salió de Yecla siendo niño al emigrar a Francia con su familia. Vuelve a su pueblo después de la jubilación esperando encontrar un lugar de pertenencia acompañado de su perro. Entre los relatos aparecen personajes amigos de Teodoro que forman un entramado de distintos puntos de vista sobre la vida y sobre los recuerdos de una Yecla en continuo cambio. Aparecen las comidas típicas locales, sus fiestas y sus costumbres, pero pasadas por el tamiz de la ironía y de lo fantástico.