Warhol, Pollock y otros espacios americanos
Autor/es
- EAN: 9791387729080
- ISBN: 979-13-87729-08-0
- Editorial: Fundación Colección Thyssen-Bornemisza
- Año de la edición: 2025
- Encuadernación: Cartoné
- Medidas: 24 X 30 cm.
- Páginas: 152
35,00 €
DisponibleTradicionalmente, la historia del arte ha presentado al expresionismo abstracto y el arte pop, y por tanto a cada uno de sus más conocidos representantes --Jackson Pollock y Andy Warhol--, como polos opuestos pertenecientes a dos épocas y dos estilos diferenciadas: la abstracción y el arte figurativo. Es más. Pollock se ha narrado como un artista dentro de la genealogía de los grandes creadores, inspirado y original, mientras que para algunos Warhol ha sido un simple apropiacionista de las imágenes y los objetos de consumo. ¿Y si las cosas fueran en realidad otras? ¿Y si hubiera afinidades entre Warhol y Pollock, más allá de la fascinación del primero por el segundo, tantas veces recordada? Después de todo, Pollock era además una celebridad pictórica cuando Warhol llega a escena. Era un artista famoso, además de muerto el año 1956 en un accidente automovilístico moderno e inexplicable, en lo mejor de su carrera, igual que James Dean. Raramente se habla de cómo Pollock y Warhol --y con ellos muchos otros artistas por esos años-- transitaron entre el abstraccionismo y la figuración en diferentes momentos de sus carreras. Tampoco nadie parece prestar atención a cómo los regresos en la visualidad nunca regresan al punto de partida ni llegan sin transformaciones. La perspectiva inventada por el Quattrocento italiano --el punto de fuga que gobierna el espacio occidental en el arte figurativo-- se reescribe por completo en algunas obras de Pollock y esa subversión de la perspectiva tradicional marca los espacios de Warhol cuando se plantea volver a la figuración hasta cierto punto ambigua, plana, sin punto de fuga claro. Si las abstracciones de Pollock guardan resquicios figurativos, las figuraciones de Warhol quiebran el espacio tradicional --sirva de ejemplo la figura de Elvis, cuando parece flotar sobre un fondo sin fondo--. Tal vez en sus obras Warhol habla del espacio y no solo de los objetos y personajes de consumo. En los últimos años, la historia del arte al uso se ha leído y releído; ha rescatado a los artistas olvidados; a los países con supuestos papeles secundarios o los momentos históricos tiempo atrás desechados por su menor relevancia para la visualidad y su evolución. Ahora ha llegado quizás el momento de romper las categorías que rigen un pensamiento basado en los opuestas que a menudo no son tales. Al final, la historia es un recorrido. Una línea, un hilo de los que persigue Pollock en sus cuadros y que retoma Warhol. Por primera vez en diálogo, Warhol y Pollock --junto a otros grandes artistas norteamericanos-- nos invitan a volver a mirar.
