Nuestra cultura nos ordena ser felices. El nuevo imperativo es «ser positivos» y optimistas. Familiares, amigos, colegas e incluso los extraños nos animan a estar siempre alegres, a dar buenas noticias. Ser «positivos» ha devenido una cualidad para la vida social y una actitud que se debe mantener, independientemente de las circunstancias que se atraviesen. El mandato de ser felices comienza a principios del ...
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