He sacado una silla al balcón y me he sentado a vivir. Crece hierba de infancia en los tejados, donde siempre es domingo. Y eso me reconcilia también con el futuro. ¿O soy yo, que sonrío? Definitivamente no tiene vértigo la mala hierba: sube su verde claro, que su vida es subir. Incluso las ya secas, de cálido amarillo, se mantienen en pie, pincelando ...
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