Al acabar la Guerra Civil, la producción cinematográfica española se fue concentrando poco a poco en Madrid, tanto por el furioso centralismo del nuevo régimen como por razones de índole más pragmática: al ponerse en marcha el proteccionismo estatal, la mejor forma de acceder a las prebendas oficiales era estar cerca de¡ poder. En Barcelona, ciudad de gran tradición fílmica, que no en vano ...
13,00 €