El domingo por la mañana mi madre me despertó gritando desde el baño: -¿QUIÉN HA METIDO UN HIPOPÓTAMO EN LA BAÑERA? Mi cerebro pasó del descanso a la máxima actividad en un segundo, batiendo su propio record. «Piensa, piensa, piensa...» pensé. La lista de cosas metidas en sitios INCORRECTOS era bastante larga: medio bocadillo de mortadela en el fondo de la mochila (se me ...
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