Orwell comprendió que era un «escritor político», y ambos términos tenían idéntico peso. No pretendía ser un filósofo político, ni tampoco un mero polemista político: era un escritor, un escritor en sentido amplio, autor de novelas, obras descriptivas que denominaré «crónicas», ensayos, poemas e innumerables reseñas de libros y columnas de periódico. Pero si bien sus mejores obras no eran abiertamente políticas en su ...
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