De pocos escritores contemporáneos puede decirse que hayan expresado las turbaciones del «alma europea» con mayor elocuencia que W. G. Sebald. Pero, si algo caracteriza a Europa, es su naturaleza múltiple, diversa, policéntrica, inestable, movediza y contradictoria. El único orden de Europa es el desorden del desastre tumultuoso y su genuino fundamento no ha sido otro que la propia pérdida de los fundamentos. Siguiendo ...
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