Asistir a una exposición es asomarse al mundo: a una expresión del mundo, al igual que una fórmula matemática expresa un hecho, o una sucesión de hechos, de la realidad; a un mundo cifrado, que guarda en sus signos, en sus recovecos, una significación mayor, acaso plena. Las oscuras leyes que rigen el funcionamiento de las cosas se iluminan, sin revelarse, en las exposiciones. ...
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