La Madre Teresa consideró hermanos suyos a todos los seres humanos, pero siempre supo que «los más pobres entre los pobres» --the poorest of the poor-- eran los hijos predilectos de Dios, un Dios que para ella asumía el rostro de Aquel a quien consagró su vida: Jesús de Nazaret. Y a «los más pobres entre los pobres» dedicó su existencia. Con su actitud ...
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