Rebuscando entre las amarillentas fichas de una vetusta biblioteca de Oxford, la autora dio por casualidad con la obra del que resultó ser un antepasado suyo, George Collingridge, pintor, militar, viajero y caballero del siglo XIX, obsesionado también por el capitán Cook. En ella afirmaba, apoyándose en viejos mapas y antiguos documentos, que éste no fue el auténtico descubridor de Australia, sino los portugueses, ...
20,00 €