En 1578 murió en combate en Marruecos, sin descendencia, el joven rey Sebastián de Portugal. Con él pereció buena parte de la nobleza lusa. Portugal y su imperio, gobernados por el anciano cardenal don Enrique, tío de Sebastián, se convirtieron de inmediato en el objetivo del monarca más poderoso de Europa, Felipe II, que ostentaba derechos a la corona portuguesa a través de su ...
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