El humanismo y el Renacimiento rescataron la figura de Odiseo como símbolo del hombre razonable, prudente, sufrido y astuto, como un curioso viajero, que tan bien se amoldaba a su época de descubrimientos de otros mundos, y como un hábil político y diplomático. Gonzalo Pérez, que vertió la "Odisea" al castellano, no solo fue uno de los principales protagonistas de esta interpretación político-alegórica, sino ...
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